365 LATIDOS DE FE




SERMÓN DE FIN DE AÑO

TEXTO BÍBLICO: ISAÍAS 26:1-6

INTRODUCCIÓN

       Un año nuevo asoma en nuestro horizonte. ¿Qué tienes previsto hacer en este pedazo de vida que Dios te regala? ¿Has hecho una lista de aquellas cosas que deseas emprender con toda la buena voluntad y fe del mundo para mejorar un poco tu dinámica vital y la de los demás? ¿Te estás marcando metas para los próximos 365 días? Seguro que tienes alguna que otra expectativa que ver cumplida en el año que está a punto de comenzar. Aprender inglés, mejorar tu ortografía de tu valenciano, hacer ejercicio diario para quitarte los kilos de más que te han encasquetado las comilonas navideñas, pasar más tiempo con tus hijos y tus seres queridos, viajar a lugares mágicos y de ensueño, limpiar el trastero y tirar cosas que ya no vas a usar nunca más… ¿Y cuál es tu expectativa anual en relación a lo espiritual? ¿Has trazado alguna estrategia alusiva a seguir creciendo y madurando en Cristo? ¿Tienes en tu pensamiento comprometerte más y mejor en la obra que Dios está realizando en tu comunidad de fe? ¿Piensas traer a los pies de Cristo a alguien al que amas, pero que no tiene una relación de amor y fe con él? Espero que tu respuesta sea un “sí” rotundo, dado que sin el latido de la fe en Dios desde el primer al último día del año que se nos viene encima, dejaremos pasar una oportunidad dorada de seguir construyendo tu identidad en Cristo, y de continuar perseverando en tu servicio a Dios y a tus hermanos y hermanas.

A.     CANTA TU SALVACIÓN

       No podemos empezar este año que nos aguarda con todas sus posibilidades, potencialidades y oportunidades, si primeramente no entregamos cada latido de nuestro corazón a la causa de Cristo durante estos 365 días que están saludándonos ya. Y la mejor manera de iniciar un año nuevo es cantando un himno de gloria y confianza en Dios. Este año que nos contempla debe ser una canción constante de fe en la que, como el profeta Isaías nos dice, basaremos nuestra fortaleza y nuestra resistencia al pecado, a Satanás y al mundo, en la salvación de Dios: “En aquel día cantarán este cántico en tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos; salvación puso Dios por muros y antemuro.” (v. 1) El primer día del año es el día en el que encomendamos a Dios nuestro camino y destino. Lo haremos entonando un cántico de confianza en lo que Dios va a hacer en nosotros y a través de nosotros. La salvación que Cristo ha conquistado para ti y para mí en la cruz del Calvario ha de ser la enseña y el emblema de nuestras acciones, palabras y pensamientos. Hemos de contemplar el futuro con la mirada puesta en valorar, apreciar y agradecer nuestra redención, el perdón de nuestros pecados, y la posibilidad de poder hablar a nuestros vecinos, amigos y familiares de que esta salvación está disponible para ellos. La iglesia de la que formamos parte será fortalecida porque sus muros son firmes y porque se cimientan en una realidad sin parangón, la realidad de que hemos sido rescatados de nuestra vana manera de vivir, de años y años esclavizados por el pecado, de las cadenas de nuestras adicciones y vicios.

B.      CANTA LA VERDAD DE DIOS

       Mientras este cántico de liberación y salvación resuena a lo largo de nuestro año, las puertas de nuestra iglesia deben abrirse de par en par con la convicción y la fe en que el Señor seguirá añadiendo a su pueblo aquellos que han de ser salvos: “Abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de verdades.” (v. 2) Este año seremos una familia acogedora y cariñosa que, con los brazos bien abiertos, dará la bienvenida a aquellos que buscan la justicia de Dios y no la justicia de este mundo, que dejarán a un lado su propia auto justicia para ser justificados por la sangre del Cordero de Dios. La entrada de nuestro templo recibirá con gozo a aquellas personas que han comprendido que el mundo no podrá nunca ofrecerles la paz, el amor y la justicia que solamente el Espíritu de Cristo puede darles. Nuestra humilde capilla será el lugar en el que los que buscan sinceramente la verdad de todas las cosas, la hallarán en Cristo y en su evangelio de vida. Se convertirán en auténticos guardianes de la verdad, y no cejarán en su empeño por conocer más y mejor a su Señor y Salvador. Serán baluartes y pilares de la fe y de la verdad de Dios, ejemplos de vida y testigos fieles de la obra santificadora del Espíritu Santo.

C.      CANTA EN PAZ

        A las notas hermosas y entrañables de nuestra canción de fe, justicia y verdad, se unirá un estribillo de paz y protección para todos cuantos coloquen su confianza en Dios en este año que se acerca a ojos vista: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.” (v. 3) Seguramente enfrentaremos retos y desafíos, ataques y amenazas, obstáculos y barreras a nuestra labor de predicar el evangelio en nuestra ciudad, pero la promesa que Isaías nos reseña en este versículo debe ser más que suficiente como para disipar cualquier miedo o temor futuros. El Señor nos protegerá con su mano poderosa, nos dará una paz que está por encima de cualquier zozobra que podamos sufrir, y nunca defraudará nuestra confianza en Él. Tras 126 años de presencia evangélica bautista en nuestra amada localidad, lo que ha quedado meridianamente claro es que el Señor hasta aquí nos ha ayudado, y que la perseverancia mental y espiritual en el poder y la soberanía de Dios nos seguirá permitiendo un año más repleto de sus bendiciones y de su cuidado inigualable.

D.     CANTA CON CONFIANZA

       Nuestra canción de confianza suena al ritmo de nuestro corazón apasionado, y éste no es un ritmo pasajero, efímero o dependiente de las modas, sino que es un latido perenne y eterno por las cosas de nuestro Padre celestial: “Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos.” (v. 4) Dios no nos ha llamado a confiar en Él únicamente en los buenos tiempos, en aquellos momentos en los que todo ha ido a las mil maravillas. El Señor de los cielos y de la tierra nos llama a poner nuestra fe en Él en las buenas y en las malas, en los instantes difíciles y duros, y en aquellos llenos de risas y felicidad. Como todas las familias, a veces nuestra familia en la fe pasa por altibajos, y ahí es donde hemos de manifestar con gozo y fidelidad a Dios que seguimos bajo su autoridad y control, bajo sus sabios consejos y promesas. Podemos intentar aferrarnos a cosas que parecen darnos seguridad y fortaleza en esta vida, pero el único modo de vivir un año completo de alegría y amor en el Señor, es rindiéndoselo todo a Él, a su perfecta voluntad, a su eterna omnisciencia.

E.      CANTA SIN MIEDO

       Nuestra canción es una canción dulce, pero rotunda y solemne, llena de fuerza y de brío. No nos dejemos acobardar por nuestros enemigos, aquellos que solamente quieren reírse deshonestamente de nuestras creencias, aquellos que se alzan soberbios para erigirse como dioses en medio de nuestra sociedad, aquellos que cierran puertas y que deniegan la acción impetuosa e irresistible de la misión de la iglesia. Dios sabe de qué modo lidiar con ellos, y de qué forma saldremos victoriosos del choque contra los que se juntan contra nosotros en este próximo año nuevo: “Porque derribó a los que moraban en lugar sublime; humilló a la ciudad exaltada, la humilló hasta la tierra, la derribó hasta el polvo. La hollará pie, los pies del afligido, los pasos de los menesterosos.” (vv. 5-6) Dios se encargará de aquellas fuerzas que intenten impedir que el evangelio sea predicado, anunciado y comunicado. El Señor todopoderoso abatirá sin problemas a aquellas instancias que procuren nuestro fracaso a la hora de pregonar las buenas nuevas de salvación a nuestra sociedad. El Dios fuerte someterá a los orgullosos y a los altivos, y dará su parte con los humildes, y repartirá despojos y botín con los que han sido mancillados por la injusticia y el egoísmo humanos. Al final del año, podremos decir de nuevo, como cada año desde 1893, que el Señor nos guardó, nos prosperó y nos cuidó, porque Él nunca falta a la cita de su palabra.

CONCLUSIÓN

       El año nuevo nos espera. Como iglesia de Cristo tenemos muchas ilusiones y muchos sueños que ver cumplidos con cada latido de estos 365 días que Dios coloca delante de nosotros. También nuestro deseo es el de comprobar cómo cada uno de vosotros sigue siendo leal al evangelio de Cristo, cómo cada uno de vosotros se involucra en la vida de la iglesia y en la misión, y cómo cada uno de vosotros crece y madura espiritual, emocional y mentalmente para la gloria de Dios. ¡Que Dios bendiga este nuevo año, que nunca dejéis de cantar la canción que Cristo colocó en vuestro corazón cuando os salvó, y que cada uno de vuestros latidos sea para Él y para extender su Reino!

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