CONSEJOS CONTRA LA HIPERSENSIBILIDAD
1. Canalizar
tu vida espiritual a través de la oración, del estudio de la Biblia y de la
creatividad.
“Aparta de mí el oprobio y el menosprecio, porque
tus testimonios he guardado. Príncipes también se sentaron y hablaron contra
mí; mas tu siervo meditaba en tus estatutos, pues tus testimonios son mis
delicias y mis consejeros… Llegue mi oración delante de ti; líbrame conforme a
tu dicho.” (Salmo 119:22-24, 170)
2. Aprender
a reaccionar más con la cabeza que con el corazón.
“El hombre iracundo promueve contiendas; mas el que
tarda en airarse apacigua la rencilla… El hombre se alegra con la respuesta de
su boca; y la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!... El corazón del justo
piensa para responder; mas la boca de los impíos derrama malas cosas.”
(Proverbios 15:18, 23, 28)
3. Dejar de
lado la visceralidad con que lo sientes todo.
“El sabio de corazón es llamado prudente, y la
dulzura de labios aumenta el saber.” (Proverbios 16:21); “Engañoso es el
corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías
17:9)
4. Juzgar
las cosas, no a los demás.
“No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con
el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os
será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no
echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano:
Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita!
saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja
del ojo de tu hermano.” (Mateo 7:1-5); “No juzguéis, y no seréis juzgados; no
condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.” (Lucas
6:37); “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.” (Juan
7:24); “Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que
juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que
juzgas haces lo mismo.” (Romanos 2:1)
5. No
sentirse atacado y minimizar los hechos.
“No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque
el enojo reposa en el seno de los necios.” (Eclesiastés 7:9); “El amor es
sufrido, es benigno.” (1 Corintios 13:4); “Con toda humildad y mansedumbre,
soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor.” (Efesios 4:2)
6. Practicar
la empatía.
“A su alma hace bien el hombre misericordioso; mas
el cruel se atormenta a sí mismo.” (Proverbios 11:17); “Bienaventurados los
misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.” (Mateo 5:7); “Sed,
pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.” (Lucas
6:36); “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a
otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.” (Efesios 4:32)
7. Detectar
esos días en los que estás más susceptible de lo normal.
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